Recuerdas aquella falla del año 1970 que… ¿verdad? Pues nosotros no, somos más jóvenes y no la llegamos a ver plantada, pero seguro que no te deja indiferente el recordar otras tantas que aunque no tienen tanto tiempo hemos ido borrando de nuestra memoria y que cuando la recordamos surgen imágenes muy bonitas de aquellos proyectos.

No descartamos hablar de fallas muy muy antiguas, pero antes lo deberíamos haber vivido. Os esperamos en nuestro pasado mas cercano.

Y entonces llegó ella.

  Una nueva inquilina llegaba a la Sección Especial. Pediatra Jorge Comín – Serra Calderona se llamaba, aunque se al conocía por “Nou Campanar” por la demarcación donde planta. Tras un primer año plantando falla, y conseguir un segundo premio en la sección de plata, aterrizaba por todo lo alto en la máxima categoría, capitaneada por Juan Armiñana y con casi 300.000 euros para que Pedro Santaeulalia obrase a su antojo. Muchas fueron las voces críticas por lo desmedido del presupuesto (el más alto de la historia por aquella década) que desvirtuaría los premios. También hubo críticas por la envergadura de la falla, considerando que tal altura no era necesaria. En definitiva, muchos se hicieron “caquita”. Qui espera, desespera no falló, y Nou Campanar se llevó su Primer Premio de Especial en su segundo año de vida. El acabado perfecto, la altura, la pintura y la crítica socarrona bien lo valían. Así, Pedro Santaeulalia volvía a alzarse con el máximo galardón dos años después del éxito en Sueca-Lto.Azorín. No sólo ganó el monumento grande, si no que Nou Campanar hizo doblete, y se llevó también el Primer Premio de Especial en infantiles.

  Ese año 2004 fue, sin duda, el “despegue” de la comisión, que, tras su primer éxito, encarriló una racha de 5 victorias consecutivas rompiendo récords año tras año.

Equipo Socarrats.



Una animalada de falla.

¿Quién no se acuerda de ella? Suponemos que nadie habrá olvidado esta joya que José Puche plantó allá por 2005 en Exposició, pero por si acaso, aquí estamos para que la recordeis.

Cuando el proyecto se presentó, pudo parecer vacío o escaso, y si, quizás no era un volumen descomunal, pero nadie cayó en ello...habia demasiadas cosas en las que entretenerse como pararse a pensar en el volumen. La particular bendición de Sant Antoni del Porquet protagonizada por una Cort de Honor muy especial, el “corazón partío”, el amor entre una vaca y su dueño o el entrañable ninot indultat de aquel año, la hicieron merecedora del primer premio de Ingenio y Gracia. Esto, unido al execelente acabado y la perfecta pintura, la alzaron hasta un magnífico tercer premio de Especial. La comisión, de la mano nuevamente de Puche, se hacía con la medalla de bronce tras conquistarla dos años atrás con “L'arruga es bella”.

Una grata sopresa (si puede considerarse como tal) esta gran falla, que seguro que muchos recordamos y recordaremos como uno de los mejores monumentos que han pasado por la demarción del barrio de l'Exposició.

Equipo Socarrats.


La gran Monterrubiada.


Evidentemente hablamos de “Esta falla té molta tela”, ¿de cuál sino?

A día de hoy no nos atrevemos aun a interpretar subjetivamente esta obra. Como poco diríamos que fue eclipsante en la historia reciente. Una estructura que nos dejo boquiabiertos a muchos, por una parte impresionados por la magnitud del proyecto, pero por otra parte dubitativos con muchas cosas. Pudimos decir que “pasava massa vent” y que había que echarle huevos para verla a las tres de la tarde con el sol iluminándola plenamente, y es que otra cosa no, pero para la vista fue un gran reto. Se conoce incluso que los guiris plantaron las toallas a pie de falla para aprovechar la irradiación de ésta y aquel año llegaron más rojos que nunca a su casa.

Había obras maestras que le podrían haber arrebatado el primer premio, pero un muy atrevido jurado decidió concederle el máximo galardón, y es que aunque no respetáramos esa decisión siempre nos quedará el consuelo de saber que necesitaremos un tiempo en comprender aquel rompedor monumento, del que aunque es reciente, ha sido inspiración para artistas muy consolidados que han visto en aquel un referente en la forma de tratar las figuras.

Equipo Socarrats.


Eclipsados.

Para las fallas de 2008, la mítica comisión de la Plaça de la Mercé confió su monumento grande al alicanto Joaquin Rubio, en lo que suponia su debut en la Sección Especial del cap i casal. Para ello, plantó un monumento cuanto menos interesante, al que llamó “Eclipse”. El sol encarnado en un centauro, y la luna en una humanización de la Via Láctea creaban ese eclipse, que era contemplado por una pareja de adolescentes. Los bajos cumplieron, y el conjunto quedó en un meritorio onceavo puesto, superando a otras competidoras. Joaquin Rubio, que recientemente a anunciado su retirada del mundo fallero, dejó un buen sabor de boca en su debut, aunque, como en todo, para gustos se inventaron los colores.

Equipo Socarrats.




El gran "bluf".

  Juan Carlos Molés volvia tres años después a Sueca – Lto. Azorín, pero esta vez en solitario. Dispuesto a repetir el éxito que consiguió junto a Pepet, realizó un monumento cargado de fantasia. Y en eso se quedó, una fantasia. En la presentación de maquetas, el proyecto ya dejó un halo de dudas que se fueron confirmando conforme más piezas habia en el cruze ruzafeño. La dama veneciana del remate dejó mucho que desear, con esos tonos lilas tan característicos del artista burrianense. La figura del arabe que representaba al barrio de Ruzafa, tenia un pase, pero la gracia se perdia conforme bajabas la mirada a los pies de éste. La única pieza que valió la pena fue la fallera tumbada sobre lo que pretendia ser un puente, pues era bastante bonita.

  De la trasera de la falla, nada que decir. El intento de castillo Disney pasó sin pena ni gloria por la plaza, y las figuras de Zapatero y Rita Barberá, más de lo mismo. Y los bajos pues...dejemoslo en mejorables.

  En definitiva, un proyecto de Juan Carlos Molés que de haberse ejecutado como Dios manda, quizás hubiese dado mucha más guerra en la sección. Pero se quedó en eso, un gran “bluf”, que muchos habrán olvidado ya.

Equipo Socarrats.


La hoguera (casi)impoluta.

  Una maqueta muy prometedora, y una hoguera que se quedó en eso...prometedora. Al gran Paco López se le ocurrió la idea de que el blanco tendría que ser el color dominante en su hoguera para San Blas Alto hace un año. Una hoguera cegadora. Y si, la idea era muy buena, pero quizás se le olvidó que las partes de atrás también se ven.

  La trasera del cuerpo central del monumento, estaba casi en su totalidad sin lijar, o texturizada lo que le restaba muchísimo valor artístico al conjunto, pues la parte delantera estaba impoluta con el rostro tan ideal y perfecto que alguien diseñó. En cuanto a las escenas, más de lo mismo: una concepción muy original, ya no sólo por estar enmarcadas, si no porque la mitad de cada escena era blanca, y la otra pintada a la forma tradicional. Peeeeero, el acabado también dejó muchísimo que desear, sobre todo si te acercabas a los ninots.

  Los comisionados de San Blas Alto protestaron como nunca ese décimo premio que les otorgó el jurado alicantino, y tenían parte de razón porque la originalidad no se premió, pero, lo cierto es que mucho más no podían haber recibido. En definitiva, una hoguera que muchos recordaremos por el gran sabor agridulce que nos dejó al verla plantada en aquel parque del barrio alicantino de San Blas.

Equipo Socarrats.