Juan Carlos Molés volvia tres años después a Sueca – Lto. Azorín, pero esta vez en solitario. Dispuesto a repetir el éxito que consiguió junto a Pepet, realizó un monumento cargado de fantasia. Y en eso se quedó, una fantasia. En la presentación de maquetas, el proyecto ya dejó un halo de dudas que se fueron confirmando conforme más piezas habia en el cruze ruzafeño. La dama veneciana del remate dejó mucho que desear, con esos tonos lilas tan característicos del artista burrianense. La figura del arabe que representaba al barrio de Ruzafa, tenia un pase, pero la gracia se perdia conforme bajabas la mirada a los pies de éste. La única pieza que valió la pena fue la fallera tumbada sobre lo que pretendia ser un puente, pues era bastante bonita.
De la trasera de la falla, nada que decir. El intento de castillo Disney pasó sin pena ni gloria por la plaza, y las figuras de Zapatero y Rita Barberá, más de lo mismo. Y los bajos pues...dejemoslo en mejorables.
En definitiva, un proyecto de Juan Carlos Molés que de haberse ejecutado como Dios manda, quizás hubiese dado mucha más guerra en la sección. Pero se quedó en eso, un gran “bluf”, que muchos habrán olvidado ya.
Equipo Socarrats.
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