Recuerdas aquella falla del año 1970 que… ¿verdad? Pues nosotros no, somos más jóvenes y no la llegamos a ver plantada, pero seguro que no te deja indiferente el recordar otras tantas que aunque no tienen tanto tiempo hemos ido borrando de nuestra memoria y que cuando la recordamos surgen imágenes muy bonitas de aquellos proyectos.

No descartamos hablar de fallas muy muy antiguas, pero antes lo deberíamos haber vivido. Os esperamos en nuestro pasado mas cercano.

Una animalada de falla.

¿Quién no se acuerda de ella? Suponemos que nadie habrá olvidado esta joya que José Puche plantó allá por 2005 en Exposició, pero por si acaso, aquí estamos para que la recordeis.

Cuando el proyecto se presentó, pudo parecer vacío o escaso, y si, quizás no era un volumen descomunal, pero nadie cayó en ello...habia demasiadas cosas en las que entretenerse como pararse a pensar en el volumen. La particular bendición de Sant Antoni del Porquet protagonizada por una Cort de Honor muy especial, el “corazón partío”, el amor entre una vaca y su dueño o el entrañable ninot indultat de aquel año, la hicieron merecedora del primer premio de Ingenio y Gracia. Esto, unido al execelente acabado y la perfecta pintura, la alzaron hasta un magnífico tercer premio de Especial. La comisión, de la mano nuevamente de Puche, se hacía con la medalla de bronce tras conquistarla dos años atrás con “L'arruga es bella”.

Una grata sopresa (si puede considerarse como tal) esta gran falla, que seguro que muchos recordamos y recordaremos como uno de los mejores monumentos que han pasado por la demarción del barrio de l'Exposició.

Equipo Socarrats.


La gran Monterrubiada.


Evidentemente hablamos de “Esta falla té molta tela”, ¿de cuál sino?

A día de hoy no nos atrevemos aun a interpretar subjetivamente esta obra. Como poco diríamos que fue eclipsante en la historia reciente. Una estructura que nos dejo boquiabiertos a muchos, por una parte impresionados por la magnitud del proyecto, pero por otra parte dubitativos con muchas cosas. Pudimos decir que “pasava massa vent” y que había que echarle huevos para verla a las tres de la tarde con el sol iluminándola plenamente, y es que otra cosa no, pero para la vista fue un gran reto. Se conoce incluso que los guiris plantaron las toallas a pie de falla para aprovechar la irradiación de ésta y aquel año llegaron más rojos que nunca a su casa.

Había obras maestras que le podrían haber arrebatado el primer premio, pero un muy atrevido jurado decidió concederle el máximo galardón, y es que aunque no respetáramos esa decisión siempre nos quedará el consuelo de saber que necesitaremos un tiempo en comprender aquel rompedor monumento, del que aunque es reciente, ha sido inspiración para artistas muy consolidados que han visto en aquel un referente en la forma de tratar las figuras.

Equipo Socarrats.


Eclipsados.

Para las fallas de 2008, la mítica comisión de la Plaça de la Mercé confió su monumento grande al alicanto Joaquin Rubio, en lo que suponia su debut en la Sección Especial del cap i casal. Para ello, plantó un monumento cuanto menos interesante, al que llamó “Eclipse”. El sol encarnado en un centauro, y la luna en una humanización de la Via Láctea creaban ese eclipse, que era contemplado por una pareja de adolescentes. Los bajos cumplieron, y el conjunto quedó en un meritorio onceavo puesto, superando a otras competidoras. Joaquin Rubio, que recientemente a anunciado su retirada del mundo fallero, dejó un buen sabor de boca en su debut, aunque, como en todo, para gustos se inventaron los colores.

Equipo Socarrats.